Gestionar la baja de contratos puede suponer un tema un poco controvertido. De hecho, en la mayoría de los casos, ambas partes no coinciden en los motivos que llevan a esta situación y, al final, todo acaba en malentendidos y quebraderos de cabeza.

Desde nuestro equipo de abogados queremos echarte una mano. Pero antes debemos destacar dos tipos de despidos: el disciplinario y el objetivo.  

Este primero consiste en la voluntad unilateral de un empresario al prescindir de los servicios que le ha prestado un empleado cuando considera que este ha incumplido con sus obligaciones de forma grave.

Por otro lado, y de acuerdo en la definición anterior, si los motivos que impulsan a un directivo a romper la relación contractual que tiene con cualquiera de sus trabajadores no cumplen con los requisitos formales, el despido podrá declararse como improcedente. Algunos de ellos son: faltas injustificadas y repetidas de asistencia o puntualidad, desobediencia, ofensas verbales o físicas, abuso de confianza en el desempeño del puesto, acoso que atenta contra la dignidad de las personas y embriaguez o toxicomanía.

En segundo consiste en la extinción de la relación laboral motivada por causas económicas, productivas, técnicas u organizativas de la empresa. Este despido debe ir bien fundamentado y obedecer a un motivo real, de lo contrario podría declarase improcedente y corresponderte una indemnización mayor.

Sin ser considerado un despido como tal, la extinción de tu contrato temporal por haber llegado a su vencimiento también puede ser calificado como un despido improcedente.

Muchas empresas en España abusan de esta fórmula para evitar la contratación indefinida; pero lo que la mayoría de la gente desconoce es que su contrato se encuentra en fraude de ley, considerándose la relación indefinida y no temporal desde la fecha de inicio.

Las últimas reformas laborales han ido en detrimento de los derechos del trabajador. Por eso, es muy importante rechazar las condiciones del despido y solicitar asistencia legal para obtener una mayor indemnización. Recuerda que tienes 20 días de plazo legal para reclamar.